

LA BIBLIA
UN ANCLA PARA ALMA
En una época marcada por la liquidez, la incertidumbre y una búsqueda desesperada de significado, el estudio de la Biblia es una disciplina destacada entre los jóvenes. Más que un ejercicio académico o un deber religioso, manejar la Escritura es un ancla para el alma, una solides teológica, en las remolinos de la cultura contemporánea. La cuestión esencial es que el estudio bíblico es una disciplina espiritual que intenta responder las preguntas últimas que tienen las personas sobre Dios, el propósito y la propia existencia. No es tan sólo un texto antiguo sino un manantial vivo de revelación divina y de alimento espiritual necesario para comprender las encrucijadas de la fe en un mundo crecientemente secular.
MOTIVO
El llamado a que los jóvenes estudien la Biblia no es una invitación a una actividad divida o aislada, sino a un proceso de integración que forma a la persona en su totalidad. No se trata de elegir entre la fe y el intelecto, entre el crecimiento personal y la conciencia cultural, o entre la sabiduría antigua y la vida moderna. Se trata de fortalecer su vida secular y espiritual.
La visión final no es la de un joven que simplemente conoce la Biblia, sino la de un joven que es formado por ella. Es una visión de una persona que se arraiga en la verdad, es libre para amar generosamente, para servir con compasión y para enfrentar el futuro sin miedo , con una esperanza firme. Enseñar a los jóvenes a estudiar la Biblia es, en esencia, darles una guia solida, una guía que no solo les mostrará el camino a través de los desafíos de su juventud, sino que los equipará para ser un joven de bien —de justicia, sabiduría y amor redentor— que reflejen a Cristo durante toda su vida.
